


Dioses y Ángeles buscan su lugar. Conecta con ellos y déjalos entrar.
Una cosa queremos que recuerdes: lo Sagrado está siempre presente.
- ¡Eeeeoooo! ¡Eeeeo! ¿Se me escucha o no? ¡Soy tu altar y hace tiempo que no me vienes a visitar!
Vaaaya vaya, ¿puede ser que alguien se haya columpiado un pelín con su altar y lo tenga un poco lleno de polvo?
Si es tu caso, mueve el body y ve a cuidarlo.
altar
Si hace tiempo que no lo limpias, eso es lo primero que deberías hacer. Después, conectar con cada uno de los elementos que lo conforman y ver cómo están, qué necesitan, si desean seguir allí o no, etc. (Si a estas alturas todavía no sabes cómo hacer esto, don’t worry! Breve repaso: toma unas respiraciones, coloca el objeto en cuestión entre tus manos y pregúntale. Ábrete a recibir, y tranqui barranqui, tanto si te hablan a la primera, como si no, no estás perdiendo la cabeza. Recuerda que todo tiene alma con la que nos podemos comunicar). Tomando todo esto, lo que también puedes hacer es preguntarle al altar en sí mismo, si desea estar donde está o si quiere cambiar de lugar. (Pregúntaselo antes de volver a montarlo pieza por pieza, así te ahorras una faena jojoj).
Y lueeego da la bienvenida a las nuevas representaciones de los nuevos Maestros del Mundo de Arriba que deseen incorporarse o a las nuevas herramientas mágicas que quieran reposar allí.
Por otro lado, queremos preguntarte: ¿reconoces tu cuerpo como sagrado? ¿Sabes que el primer altar es éste? ¿Le has preguntado qué necesita? ¿Lo cuidas como requiere?
Esta casilla te anima a reconocer el templo que eres y a honrarlo dándole lo que le corresponde: mimitos, placer, descanso, nutrición, movimiento, etc.
¿Te decimos un secreto?
¡Te lo mereces! Así que no esperes más, ¡y dale a tu cuerpo alegría, Macarena!
¡Ah, ahhh! ¡Y un mixxxx! ¿Sabes que se puede unir el altar físico con el altar que es tu cuerpo/templo?
En la casilla 21 aprendiste cómo hacer un muñeco de sanación (¿cómo? ¿que no lo hiciste? ¡Vuelve y ponte con ello maifren, es primordial!)... Ahora es momento de que le crees un espacio como se merece en tu altar.
Para ello, la invitación es que, primero de todo, te conectes con él (que eres tuuuú jajaj) y le preguntes cómo quiere que sea ese espacio. Y, a partir de ahí, ¡a crear! También sería interesante que prestases atención a cuestiones como dónde ubicarlo, cómo cuidarlo, si quiere algún caprichito, etc.
(Recuerda que lo que le hagas al muñeco, te lo estarás haciendo a ti, y lo que no le hagas, no te lo harás a ti).
Enjoooyyyyy!