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sanación, de lo sutil a lo tangible

Prepara un incienso para tu sanación, los aliados vegetales te dan la información.

A lo largo del recorrido por el Mundo del Medio, has podido hacer especial hincapié en el trato con las plantas: cómo conectar con su espíritu, cómo pedirles permiso para recolectarlas, en definitiva, cómo trabajar junto a ellas.

 

Por otro lado, ese recorrido por este Mundo ha traído también consigo desafíos, momentos mágicos, “removiúras”... ya sabes. 

Es momento de entregarte a la sanación de todo aquello que haya podido quedar sin resolver o que precise de otra mirada para recolocarse de nuevo en ti yyyyy adivina qué: ¡exacto! ¡Las plantas para esto también quieren ser tus aliadas!  

¿Sabes cómo hacer un sahumerio o un incienso?

Vamos con un breve paso a paso: recolecta las plantas correspondientes (en la casilla 19 tienes un poco de info sobre cómo hacerlo) y crea con ellas un manojo.  Átalas con una cuerda (de fibra natural, ¡por favor! que si no apesta y es tóxico) y déjalas secar en un lugar fresco, que corra el aire y no le dé la luz directa del sol. Una vez secas, podrás quemarlas directamente al fuego.

 

En cuanto a los inciensos, decirte que se les pueden añadir resinas y que deben ser quemados en brasas (no al fuego directo).

 

Para saber qué plantas precisas en este momento, conecta con tu intención. Haz un viaje para recibir la info que quieran compartir contigo. Si te han dado algún nombre, infórmate, busca dónde puedes encontrarlas y sal a recolectarlas (o acércate a tu herbolario más cercano).

 

Si no sabes por dónde empezar, pregúntate: ¿qué inquietudes tengo ahora? ¿En qué me encuentro sumergida? ¿Qué plantas serán las que me quieran ayudar en este proceso?

 

Puedes utilizar el incienso o el sahumerio siempre que lo sientas o el tablero te lo pida. 

 

NoWarning!: Aprieta bien la cuerda a la hora de hacer el sahumerio, el volúmen del manojo se encogerá al secarse. Si no aprietas bien, quedará holgada y las plantas secas se caerán. 

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Con una piedra te tocó tropezar, mírala dos veces, algo importante te quiere contar.

A estas alturas ya sabrás que todo tiene un ánima y todo está conectado. Cuando necesitas un mensaje, algunas de esas ánimas (también llegadas de lugares sorprendentes) lo sienten y son las encargadas de hacértelo llegar. 

minerales

Si has caído en esta casilla, es posible que una de ellas esté intentándolo y tú no te estés dando cuenta. Quizás, ni siquiera te estés enterando de que necesitas un mensaje. El caso es que te toca bajar revoluciones, parar y conectar. Antes de chutar la piedra con la que te has tropezado, frena sirena y atiende, puede que sea tu próxima aliada. 

 

Si no sabes cuál es, busca y rebusca, pasea y mira a ver a quién te encuentras, viaja y pregunta… 

Y si ya tienes alguna por casa, préstale más atención, que la tienes abandonada. 

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